En Argentina se pueden encontrar una gran cantidad de lugares con historia y leyenda, una de estas es la leyenda de la difunta Correa.
Esta leyenda es realmente marcada debido a lo sucedió con esta señora, además, esta historia ha transcendido a lugares internacionales tales como:
- Chile.
- Uruguay.
- Paraguay.
- Perú.
- Canadá.
A pesar de la distancia esta historia se ha mantenido y ha dejado su huella como leyenda Argentina.
Se estima que aproximadamente 300 mil personas, visitan lo que hoy se conoce como el santuario de la difunta correa. Esto en busca de que le sean cumplidos algunos milagros, incluso suelen llevar botellas, chifles o potes de agua.
¿Qué cuenta la leyenda de la difunta correa?
Esta leyenda se remonta a los años 1830, cuando Deolinda Correa, vivía junto a su marido Clemente Bustos y su hijo. Esta pequeña familia habitaba en un rancho humilde en la provincia de San Juan, más específicamente en las cercanías a Angaco.
Durante esta época se disputaba una guerra y un día, una de las montoneras de Facundo Quiroga, pasaba de camino a la Rioja. Durante este camino se toparon con la casa de Deolinda y procedieron a llevarse a su esposo como apoyo para la guerra.
Luego de esto, Correa vivía preocupada porque no sabía nada de su esposo, sin embargo, al paso de unos días, se enteró que su marido había caído preso. Los unitarios lo tomaron como rehén.
Deolinda se sumergió en una profunda preocupación, lo que la llevo a salir en busca de su marido, llevando consigo un chifle de agua, unas pocas provisiones y a su hijo.
Saliendo de su casa, se abrió paso el desierto de la provincia de San Juan, esto observando y siguiendo las huellas de las tropas. Después de un largo tiempo de caminata, llego a un caserío que se encuentra en Vallecito, cerca de Caucete.
Después de pasar el caserío en Vallecito
Correa siguió con su recorrido a través de la Travesía (nombre que se le otorga al desierto de sanjuanino). En este desierto es característica la gran desolación que posee, de igual forma hace honor a su nombre.
Lo único que queda la vista son unas matas de pasto seco, espinos y algunas lomas que parecen médanos pero absolutamente nada de agua. Un lugar digno de llamarse desierto.
Aquí Deolinda termino de consumir todas sus provisiones lo que la llevo al agotamiento. De igual forma, todas sus fuerzas se desvanecían con el paso de las horas.
En la lejanía pudo observar un árbol en el que se podría recostar y el cual le podría ofrecer algo de sombra. En busca de llegar a este lugar, aferro a su hijo entre su pecho y comenzó a caminar vía a el árbol.
No obstante, Correa ya se encontraba muy agotada, razón por la que cayó al suelo debido al cansancio. En este momento siguió aferrando su hijo a su pecho, incluso bajo el inclemente sol.
En los momentos cerca de su muerte, pido a la virgen que salvara la vida su hijo, para el cual, su único sustento era el pecho de la madre. Y así sucedió, el niño logro sobrevivir hasta unos días después, cuando un grupo de personas al pasar cerca de este lugar escucho los llantos del niño y lo pudo observar en este lugar.
Posteriormente a esto, las personas sepultaron a la difunta Correa.
¿Por qué las personas llevan potes con agua a la difunta Correa?
Luego de su sepultura la historia de la Difunta Correa se extendió. Gracias a esto los creyentes suelen ir al santuario de la difunta correa a pedir que ella les conceda milagros, tal como se hizo con ella y el que construyo su santuario.
Como ofrenda suelen llevar chifles, potes o jarrones de agua, para que nunca le falte otra vez.
Otras historias que te pueden llamar la atención son La increíble leyenda de la criatura Nahuelito, La Misteriosa Mansión Winchester o La gran leyenda del Puente del Inca.
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